Es preciso que las personas que padecen de DIABETES entiendan que esta enfermedad es mucho más que la elevación del “Azúcar” en la sangre. El exceso de glucosa en la sangre ocasiona una mayor viscosidad de la sangre, disminución del flujo sanguíneo, aumento de la presión dentro de los vasos sanguíneos con ensanchamiento de los mismos, todo lo cual produce falta de oxígeno en los tejidos y daño a las células.
Este cuadro así descrito, por dramático que parezca, sucede en los riñones y en los ojos de las personas diabéticas. En los ojos, la principal área afectada es la retina, justamente la capa del ojo que permite la percepción visual de imágenes a transmitir al cerebro. La retina del diabético, en procura de mantener su suministro de oxígeno, produce una sustancia que promueve el crecimiento de vasos sanguíneos, con lo cual se forman nuevos vasos sanguíneos, lo cual más que beneficio ocasiona mayores problemas: fibrosis, membranas alrededor de la retina y hemorragias dentro del ojo (vítreo).
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