La
Ambliopía y otras enfermedades visuales que afectan a los niños (parte 1)
Aunque
todos los sentidos son importantes, la visión es quizá aquel al que
mayor valor se le da. Cuando somos adultos normalmente vamos al
optómetra o al oftalmólogo ante cualquier molestia o cualquier
cambio en la calidad y/o cantidad de la agudeza visual. La atención
oportuna nos ayuda a prevenir y a corregir dichas alteraciones.
Pero,
¿Cómo hacemos con los niños? ¿Cómo sabemos si realmente están
viendo o no? ¿Ven bien por ambos ojos? ¿Tienen algún tipo de
enfermedad que no hayamos notado? ¿Qué tipo de enfermedades podemos
encontrar en sus ojos? Es muy difícil darnos cuenta si un niño ve
bien por ambos ojos o solo por uno si no lo llevamos al oftalmólogo.
La
oftalmología pediatrica se ocupa de las enfermedades, anomalías y
del adecuado desarrollo de la visión en los niños, ya que ésta se
desarrolla y cambia desde el nacimiento. Los nueve primeros años son
los más críticos para el desarrollo de la visión; es por esto, que
todos los niños, aún aquellos que no manifiestan problemas visuales
deben ser revisados profesionalmente al nacer, a los 6 meses, en edad
preescolar (3-4 años) y periódicamente en edad escolar.
El
conocimiento de la naturaleza de la visión en los niños ha avanzado
mediante la especialidad de oftalmología pediátrica. El
oftalmopediatra cuenta con experiencia en el trato y manejo de niños,
en una evaluación de rutina es posible que el especialista determine
si hay problemas oculares aunque el niño no coopere. Los problemas
oculares pueden iniciar a una edad temprana y en su mayor parte pasan
desapercibidos debido a que los niños al no tener punto de
comparación perciben como normal la manera en que ellos ven. En la
mayor parte de los casos el niño no se queja aunque su visión sea
muy borrosa o afecte a un solo ojo. Un diagnóstico precoz y un
tratamiento adecuado permiten que los niños tengan una buena visión
durante el resto de su vida.
Hay enfermedades oculares las cuales son difíciles de detectar sin ayuda profesional y cuyos pronósticos dependen exclusivamente de la atención oportuna. El pronóstico visual, e incluso la vida del niño en el caso de algunos tumores, están en juego y dependen en gran parte de la rapidez con que se diagnostique y trate.
La ambliopía (ojo perezoso) solo es
tratable hasta los 12 años. Si es secundaria a una catarata, esta
depende de la edad a la que se operó. Entre más temprano, mejor la
cantidad de visión que puede recuperar el niño. Un glaucoma no
tratado lleva rápidamente a la ceguera. Un retinoblastoma (tumor en
la retina) pude llevar a la muerte si no se trata oportunamente. Es
de suprema importancia llevar a los niños a control con el
oftalmólogo de forma temprana y estar atentos a éstos síntomas
para detectar precozmente cualquier afección visual:
Hay enfermedades oculares las cuales son difíciles de detectar sin ayuda profesional y cuyos pronósticos dependen exclusivamente de la atención oportuna. El pronóstico visual, e incluso la vida del niño en el caso de algunos tumores, están en juego y dependen en gran parte de la rapidez con que se diagnostique y trate.
- Lagrimeo
- Aparición de legañas frecuentemente al levantarse
- Ojos rojos de manera frecuente
- Pupila de color blanquecina o cuando no es redonda
- Si el niño se acerca demasiado al televisor o al papel cuando escribe o lee.
- Dolor de cabeza al leer o escribir
- Rascarse los ojos con frecuencia
- Diferencias de visión al taparse los ojos
- Caída de los párpados superiores.
En
cualquiera de estos casos es recomendable la visita al oftalmólogo
para prevenir defectos visuales.
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